Cap. 2 Diez realidades acerca de la
Homosexualidad
(Continuación)
(Continuación)
Pregunta Dos.- ¿Quieres cambiar?
Realidad número 5: La homosexualidad es aprendida.
Dios no hizo a nadie homosexual;
tampoco los genes, las hormonas o la biología. Dios hace a todo ser humano
heterosexual. Se sabe que hay algunos factores que pueden predisponer a alguien
a desórdenes emocionales tales como defectos de nacimiento y sensibilidades
prenatales, aunque ninguno de estos causa la homosexualidad. Hay también otros
factores de índole espiritual como ciertos maleficios de los que se valen los
demonios o entes del mal para estar acosando, por decirlo de esta manera, a
algunos niños y adolescentes, para provocar ciertas circunstancias que los
conduzcan a la conducta homosexual, de este punto hablaremos más tarde.
Para muchos estudiosos del tema de la
sexualidad y de las causas de su desviación, hay una gran coincidencia de
opiniones de que la homosexualidad no es hereditaria ni el resultado de algún
tipo de desequilibrio glandular, o de una codificación de genes o cromosomas.
Lo que les ha permitido concluir que los homosexuales se hacen, no nacen. La
homosexualidad es aprendida como una reacción frente a las experiencias
dolorosas de la infancia, razón por la cual puede ser desaprendida.
Es decir, que la homosexualidad es una
desorientación que ha sido aprendida psicológica y emocionalmente.
Hemos visto cómo muchas personas,
miles, han podido cambiar esa desviación de las corrientes de agua de su
sexualidad, que se habían desviado por el cause de la homosexualidad en la
medida que comienzan a reaprender y experimentar su yo emocional en forma más
positiva, con la ayuda de nuestra consejería de “Arcoíris”; y fundamentalmente
con y por la acción vivificante, liberadora, sanadora y restauradora del
Espíritu Santo y de su Divina Esposa la Siempre Virgen María.
El fracaso de muchos tratamientos
psicológicos y psiquiátricos se debe a que se ha dejado de considerar la
dolorosa realidad del influjo de determinado tipo de entes malignos o demonios
que inclinan a los seres humanos a permanecer cayendo en este tipo de conductas
homosexuales, que los degradan y los llevan por un camino de desesperación,
desesperanza, soledad, señalamiento, adicciones a alcohol y drogas y hasta el
suicidio al que nunca hay que recurrir. Para eso está “Arcoíris”, para que
tengas una “sanación integral” de la triple dimensión de tu ser como hijo de
Dios que es el Creador de todo ser humano.
Recuerda que el ser humano tiene una triple dimensión con que Dios nos crea a
todos, con espíritu, alma o mente y
cuerpo, y que esta triple dimensión es afectada en diversos sentidos por el
medio ambiente en que nacemos y nos
desenvolvemos. Y en este contexto acontecen muchísimas cosas del mundo de lo
sobrenatural, tanto de los ámbitos de lo Divino como de lo maligno. Este es un
campo tan basto y especial, perteneciente a la Ciencia Divina, de lo
sobrenatural, repetimos, del que no tienen ningún conocimiento ni psicólogos ni
psiquiatras, salvo muy, pero muy contadas excepciones. Para nuestra fortuna
Arcoíris dispone de expertos en estos campos de conocimiento y de experiencia
espiritual, por lo que puedes tener mayor confianza en tu total recuperación de
la salud integral que tu persona, tan amada por Dios, quiere.
Realidad número seis: Nadie escoge sentirse homosexual
inicialmente.
Nadie hace una elección en su infancia
por la que comenzó con la desorientación emocional. En una gran cantidad de
casos sucedió en una muy temprana etapa de la vida, y a causa de las primeras
experiencias del medio ambiente en que vivían con sus padres, hermanos,
familiares, compañeros, maestros, y de otras personas significativas, de cuyas
circunstancias se valieron también los demonios, para actuar en esta
inclinación y llevar a los hijos de Dios a un mundo cruel y lleno de muy
diversos sufrimientos, del etiquetamiento de la sociedad, del sufrimiento
psicológico interno, del rechazo de la familia y de la sociedad, pero hasta de
los demás compañeros que padecen de homosexualidad que recrudecen este mundo
con los peligros de las enfermedades, de los robos, de la explotación y el
chantaje, de la ridiculización de la corporeidad y de la personalidad, y de
otras circunstancias tan llenas de artificialidad, banalidades y vacíos, además
del peligro de la condenación eterna de su alma, si teniendo la opción de
sanarse se prefiere la continuidad en el mundo del pecado grave de la sodomía y
otros similares.
La incursión en el mundo de la
homosexualidad en muchas ocasiones tuvo que ver especialmente con la
insatisfacción en el vínculo de amor con su padre y madre, pero más
frecuentemente con el padre de su mismo género.
A medida que la vida transcurrió, la
homosexualidad se volvió una tentación, una atracción hacia el mismo sexo, y
una tercera elección pecaminosa de comportamiento que se hizo cuando consintió
sentimientos, pensamientos y atracciones homosexuales.
Realidad número siete: La homosexualidad tiene muy poco que ver
con el sexo.
Está
mucho más relacionada con una herida emocional y psicológica que deja a una
persona necesitada, vacía, irrealizada e incompleta, en cuanto al vínculo que
necesitaba experimentar con el padre de su mismo género. Más aún, se siente
abrumado, perseguido y necesitado de mucha autoestima.
El
aspecto sexual de la homosexualidad es un intento por suplir las necesidades de
amor e intimidad que nunca fueron adecuadamente formadas entre el niño y el
padre de su mismo sexo. Como tal, no es verdaderamente un problema sexual. Es
sexual tan solo en la forma como se relaciona con las necesidades de la
intimidad que la sexualidad simboliza. Es como el impulso compensatorio que
está involucrado en el deseo homosexual. El impulso está motivado esencialmente
por la necesidad de suplir deficiencias que se presentaron a temprana edad en
la relación padre e hijo.
La
necesidad persistente de amor del mismo sexo surge de la temprana necesidad
insatisfecha de amor del padre del mismo sexo o, por el contrario, de la
inhabilidad de recibir dicho amor, ya sea que haya sido ofrecido o no.
Pregunta cuatro: ¿Sabes cómo
cambiar?
Realidad número ocho: La
homosexualidad es un problema emocional, psicológico y espiritual.
No
es tan solo emocional y psicológico, sino también es espiritual, esta es la contemplación completa e
integral para lograr la sanación y la liberación de los entes del mal que
inciden en la vida homosexual.
Aquellos
que proponen remedios psicológicos exclusivamente están errados, y tiene la
grave responsabilidad de conducir a sus pacientes al fracaso y la frustración
por las recaídas que se observan cuando solo son atendidos psicológicamente. No
solo ignoran la realidad de que el comportamiento homosexual está arraigado en
nuestra naturaleza pecaminosa heredada por nuestros primeros padres Adán y Eva,
sino de todo el ámbito de realidades en que participan los seres malignos
espirituales, son entes de mal que se introducen en las personas, en otros
casos las merodean y susurran ideas para la comisión del pecado y hasta el
influjo directo en el pensamiento y en los genitales, recto, y otras partes del
cuerpo.
Y
existe un más profundo y basto campo de sucesos y presencias espirituales de
las que hay que tener un serio y formal conocimiento, además de otros aspectos
que deben tenerse en cuenta, para dar apoyo y lograr la sanación y liberación
de las personas que viven presas de la homosexualidad y de otras desviaciones
que hemos aludido anteriormente.
Se
ignora también el trabajo esencial del Espíritu Santo en la sanación de la
homosexualidad y de los propósitos y caminos más amplios en los que Dios quiere
y puede actuar para liberar y sanar a millones de seres humanos que hoy sufren
como una pandemia de desviaciones y perversiones infernales en el Mundo, donde se
hacen pactos intencionales y de manera consciente, y hasta con propósitos
deliberados donde se incluyen políticos, artistas y hasta clérigos.
Realidad número nueve: La
recuperación es un proceso que toma tiempo y tiene sus razones de ser así.
Algunos
supuestos sanadores y muchos hermanos nuestros que quisieran su salud casi
instantánea, a veces hacen oraciones como esta: “Señor, líbrame de toda
homosexualidad en este mismo momento, instantánea y completamente”. ¿Y qué
sucede entonces?, debido a que no reciben una sanación instantánea y completa
se desmotivan, se enojan con Dios, le echan la culpa de su condición e incluso
llegan a blasfemar Su Santo Nombre, y por sus razonamientos equivocados
empiezan a desesperarse y su fe llega incluso a bambolearse y debilitarse.
Entonces
viene la pregunta: ¿Por qué Dios no sana instantánea y completamente la
homosexualidad si es que se hace esta oración de manera sincera? En algunos
casos en que hubo conversión de conductas hacia la observancia de los Diez
Mandamientos, y de conversión en otros ámbitos de religiones, y que este
propósito duró muchos meses e incluso años en que se sintieron libres de la
homosexualidad, pero luego les vinieron en la mayoría de los casos un retorno a
las atracciones, sentimientos y deseos homosexuales, o incluso que han caído
(han tenido otra vez uno o varios encuentros sexuales), se debe a que han
olvidado atender el ámbito espiritual al que hemos hecho referencia por su
falta de conocimiento.
Además,
Dios en su amorosa sabiduría, hay varias razones por las cuales sana
progresivamente de la homosexualidad a una persona, en la mayoría de los casos.
Analizaremos
a continuación estas razones.
(Continúa
en las Razones por las cuales se sana progresivamente la homosexualidad por
parte de Dios).