Capítulo 2
Diez realidades acerca de la
Homosexualidad
En cuanto a las diez realidades en torno a la homosexualidad,
debemos formularnos cuatro preguntas muy importantes dado que está en juego no
solo el bienestar emocional, familiar, social y económico, sino el bienestar
más importante dado por nuestro Creador para todos y cada uno de sus hijos que
somos los seres humanos. Como Padre, Él nos ama infinitamente y siempre quiere
lo mejor para nosotros, aunque luego requiera, como todo “padre” que debe
educar a sus hijos, de darnos buenos ejemplos, principios, enseñanzas y hasta
algunas nalgadas o correcciones cuando nuestros pasos nos ponen en peligro,
tanto de perder la vida física, que dura un breve tiempo y se da cuando estamos
sobre la Tierra, así como de perder la vida espiritual para retornar junto a Él
al término de nuestra existencia en el Mundo, y ocupar nuestro lugar en la Casa
del Padre Eterno donde no hay más sufrimiento ni prueba alguna.
Pregunta Uno: ¿Sabes que te conviene, que puedes y tienes qué
cambiar?
Recuerda que tú puedes formar parte del gran grupo de
personas que padecieron la homosexualidad y se han vuelto triunfadores. La
diferencia básica es que cuando tú has decidido dejar de formar parte del grupo
que ha creído y se ha dejado engañar con que ser homosexual, es como una especie
de clase de tercer género de la sexualidad por el que se puede optar, aunque
las leyes que van contra las Leyes de Dios así lo pretendan en cualquier país,
tu carácter, valentía y decisión por lo mejor y dejar de sufrir y estar
atrapado en un estilo de vida homosexual, tú sabes que tienes ahora la posibilidad
de cambiar, que puedes hacerlo porque ya no estás solo nunca más, que es
conveniente para tu vida presente y para tu vida después de la existencia en
este Mundo que es la de una trascendencia eterna y de felicidad, y que Dios que
tanto te ama y te ha dado una Madre maravillosa, te ofrecen su ayuda para
liberarte de las redes de los engaños y tormentos de la vida homosexual. Esto
te coloca ahora en la mejor posición, en la de estar listo para tomar ventaja de la
vida de Gracia que Dios desea manifestar sobre ti, en la medida que comiences a
caminar por los senderos de recuperación de tu orientación sexual de manera
sana, sabia y santa, porque santo es el que obedece los mandamientos divinos,
no solo el que hace milagros o el que han puesto en los altares.
Podemos ahora empezar a hablar de manera madura y sin
temores, sin escrúpulos ni maquillajes que solo encubren una situación real que hace
que las personas se encuentren sumidas en el estilo de vida homosexual, del que
son víctimas por las diversas circunstancias de su vida y que Dios conoce de
cada uno. Por eso Él ahora te ofrece Su ayuda para tu liberación, para tu sanación.
Bien, pues abordemos entonces la realidad número uno: Dios
llama al comportamiento homosexual PECADO, para lo que debemos trabajar juntos
con la finalidad de cambiar esta conducta y orientación, para que las corrientes de agua de
nuestra sexualidad vuelvan a su debido cause.
Necesitas tomar ya esta decisión, no dejes pasar más tiempo,
mira lo que dice la Palabra de Dios, hoy no te la dice para causarte miedo, sino
para hacerte libre, porque Jesús nos ha dicho que “la verdad nos hará libres”:
“¿No saben que los injustos no poseerán el Reino de
Dios? No se engañen: no serán
recibidos en el Reino de Dios los que tienen relaciones sexuales prohibidas,
ni los que adoran a los ídolos; ni los que cometen adulterio, ni los
afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni
los borrachos, ni los tramposos, ni los usureros. Algunos
de ustedes fueron esto, pero ahora han sido lavados, en el nombre de Cristo
Jesús nuestro Señor, y por el Espíritu de nuestro Dios, y están consagrados a
Dios y en amistad con Dios. (1 Co.6, 9-11)
Y en el libro de los Romanos encontramos el mismo sentido de
los caminos de perversidad que Dios reprueba y no quiere para el hombre:
“Por eso Dios permitió que fueran esclavos de pasiones
vergonzosas; sus mujeres cambiaron las relaciones sexuales normales por
relaciones contra la naturaleza. Igualmente los hombres, abandonando la
relación natural con la mujer, se apasionaron unos por otros, practicando
torpezas, varones con varones, recibiendo en sí mismos el castigo merecido por
sus extravíos.
Despreciaron a Dios al no tratar de conocerlo,
según la verdad, y él, a su vez, los abandonó a su corazón sin conciencia, que los llevó a
cometer toda clase de torpezas. (Ro. 1,26-28)
Para una persona que no quiere entender el valor de la
conversión al camino de Dios, estas palabras de las Sagradas Escrituras pueden
parecerle tan solo trivialidades, pero para aquella que quiere nacer de nuevo
por obra del Espíritu Santo, ha de saber que entregarse a toda clase de
pensamientos, deseos y comportamientos homosexuales es pecaminoso y lo inducen a
cometer el pecado.
No basta llamarse a sí mismo católico, cristiano, o de cualquier otro credo y negar al
mismo tiempo la pecaminosidad de la homosexualidad, ni tratar de racionalizar y
negociar o justificar de todas las formas posibles estas conductas para poder
involucrarse en los placeres carnales, mantener su dependencia emocional o los
vínculos románticos con otra persona del mismo sexo. Piensa que es cierto que
Dios conoce todas las circunstancias que desde tu infancia pudieron haberte
inclinado a la vida homosexual, pero piensa también que Dios tiene el poder
suficiente para liberarte de sus ataduras y restituir tu salud integral para
que puedas disfrutar de una vida de plenitud desde este Mundo.
Piensa lo siguiente, como nos lo confirma la Sagrada
Escritura:
“…el que no naciere de nuevo, no puede ver el Reino de Dios
porque: lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del
Espíritu, espíritu es (Jn. 3,3 y 6)
Es claro notar aquí en este texto de la Escritura lo que Dios
te está ofreciendo a través de este Ministerio de Arcoíris mediante su Blog; “el
nacer de nuevo", para que seas como un hombre nuevo gracias a la poderosa acción vivificante
del Espíritu Santo, por eso nuestro logotipo o escudo está presentado, en un
Arcoíris que significa una Nueva Alianza tuya con Dios, donde está siempre
presente el Espíritu Santo que te transformará y convertirá en un hombre nuevo
como lo ha hecho con muchas otras personas.
Hay quienes torpemente quieren culpar a Dios por su condición de vida o inclinación homosexual, pero olvidan que Dios, en su Infinito Amor por nosotros, nos creó libres a todos los seres humanos, nos dotó del "libre albedrío" para elegir entre una cosa y otra, para elegir entre el bien y el mal. Es un asunto del buen o mal uso del "libre albedrío", de la libre voluntad. Muchos que escogieron el camino del mal y caen ante las seducciones de los seres infernales, como sucedió a Adán y Eva, tienen que sufrir las consecuencias de su mala decisión y de sus malos actos. A Dios que tanto nos ama, fue a quien más dolió la seducción de Satanás a Adán y Eva, pero diseñó de inmediato un Plan de Salvación para todos Sus hijos, plan en el que participan Él mismo, Su Hijo Jesucristo, el Espíritu Santo y Su Divina Esposa la Siempre Virgen María y en el que estás tú contemplado. Ellos nos ayudan de manera poderosa a restablecer las condiciones de nuestra vida, para una vida de plenitud o integral que incluye todos los ámbitos de tu existencia, pero requieren, por lo mismo que es un asunto de libre albedrío, de la aceptación de tu parte de Su Poderosa ayuda. Ellos nos transforman con nuestra voluntad y participación. La Trinidad Divina y la Madre de la Humanidad están contigo y te ofrecen su asistencia, Su Amor y Su Poder Sanador, su Fuerza Liberadora. Así que esta es la maravillosa noticia que hoy tienes para tu corazón, anda, anímate a ser liberado de las cadenas de la homosexualidad y de cualquier desviación sexual y a recibir Su Poder Sanador que te restaurará como un hombre nuevo, como un triunfador.
Hay quienes torpemente quieren culpar a Dios por su condición de vida o inclinación homosexual, pero olvidan que Dios, en su Infinito Amor por nosotros, nos creó libres a todos los seres humanos, nos dotó del "libre albedrío" para elegir entre una cosa y otra, para elegir entre el bien y el mal. Es un asunto del buen o mal uso del "libre albedrío", de la libre voluntad. Muchos que escogieron el camino del mal y caen ante las seducciones de los seres infernales, como sucedió a Adán y Eva, tienen que sufrir las consecuencias de su mala decisión y de sus malos actos. A Dios que tanto nos ama, fue a quien más dolió la seducción de Satanás a Adán y Eva, pero diseñó de inmediato un Plan de Salvación para todos Sus hijos, plan en el que participan Él mismo, Su Hijo Jesucristo, el Espíritu Santo y Su Divina Esposa la Siempre Virgen María y en el que estás tú contemplado. Ellos nos ayudan de manera poderosa a restablecer las condiciones de nuestra vida, para una vida de plenitud o integral que incluye todos los ámbitos de tu existencia, pero requieren, por lo mismo que es un asunto de libre albedrío, de la aceptación de tu parte de Su Poderosa ayuda. Ellos nos transforman con nuestra voluntad y participación. La Trinidad Divina y la Madre de la Humanidad están contigo y te ofrecen su asistencia, Su Amor y Su Poder Sanador, su Fuerza Liberadora. Así que esta es la maravillosa noticia que hoy tienes para tu corazón, anda, anímate a ser liberado de las cadenas de la homosexualidad y de cualquier desviación sexual y a recibir Su Poder Sanador que te restaurará como un hombre nuevo, como un triunfador.
No debemos engañarnos en cuanto a lo que nos advierte el
libro de Corintios. El pasaje de 1 de Corintios 6,9-11, provee abundante
claridad en cuanto a dos cosas. Primero, las personas que continúan viviendo una
forma de vida homosexual no podrán entrar en una relación viva y personal con
Dios. Segundo, así, Él no podrá reinar en sus corazones, y continuarán distanciándose
del Señor. Ninguna cantidad de racionalización o interpretación permisiva de
los textos bíblicos podrá cambiar el verdadero sentido de la Palabra de Dios.
El comportamiento homosexual es pecado porque la Palabra de Dios así lo afirma.
Cualquiera que haya recibido al Espíritu Santo puede renacer
de nuevo, pues Él trazará una línea en su corazón; una línea entre lo que es
correcto y lo que no. Ahora tendrá una convicción interna de que la
homosexualidad no es correcta, que es una desviación de la corriente de su sexualidad con que
Dios lo creó; y porque el hombre y la mujer saben en su conciencia que esos actos son pecaminosos, es que están luchando con deseos, sentimientos y tentaciones
fuertes, donde actúan además entes espirituales malignos cuyo influjo es poderoso y su existencia es real, de la que no hablan acertadamente muchos psicólogos ni psiquiatras cuando nada saben del campo espiritual; y lo peor, al verse impotentes de liberar a una persona de estas fuerzas, terminan por decirle a las personas que se acepten con lo que sienten, cuando que esta es otra mentira, Dios no te creó con estas desviaciones en tu corriente de la sexualidad, y sí tiene el poder para liberarte y sanarte de toda fuerza, cadena, atadura y desequilibrio emocional porque para Él nada hay ni es imposible.
Para quien es necio y quiere mantenerse ciego, ninguna cantidad de tiempo que utilicemos discutiendo con ella, si no quiere ser regenerada, querrá ocultar incluso para sí misma, lo pecaminoso que son sus
prácticas, pero al final de su vida sufrirá las consecuencias de que advierten las Sagradas Escrituras, y quizá hasta sufra en el Mundo las enfermedades que llegan a padecer quienes ejercen prácticas sexuales impropias, por eso mismo son llamadas relaciones sexuales de alto riesgo. Pero tú que lees estas líneas, estás ya recibiendo la acción del Espíritu
Santo, deja que Él derrame sobre ti su Luz y te impulse a continuar por este camino de iluminación y
reorientación de tu sexualidad.
Pero puedes preguntarte, ¿por qué? ¿Por qué Dios ha declarado
que la homosexualidad es pecaminosa? ¿Quiere Dios negarle a una persona el
placer sexual, o una relación amorosa? ¡No! Pero Él sabe que la homosexualidad
no es parte de su diseño y propósito para la realización eterna, o para la
felicidad terrenal del triunfador. La homosexualidad interfiere con el plan
amoroso de Dios para el hombre y la mujer. ¿Y cuál es el plan?
“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para
que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que Él sea el
primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó;
y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a éstos
también glorificó” (Ro.8, 29-30)
Su Plan es que el vencedor sea hecho conforme a la imagen de
su Hijo, y que en Jesús haya vida abundante. “El ladrón no viene sino para
hurtar y matar y destruir; Yo he venido parta que tengan vida, y para que la
tengan en abundancia” (Jn. 10,10)
El plan de vida abundante se inició en el momento de la creación del
tiempo, cuando Dios hizo al hombre para la mujer y a la mujer para el hombre.
El cumplimiento de este propósito le da la gloria a Dios. Pero:
“Profesando ser sabios, se hicieron necios… y de igual modo
también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su
lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y
recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío” (Ro. 1,22 y 27).
Observa este pasaje bíblico cuidadosamente. Declara que el
comportamiento homosexual como otros pecados, surge de la negativa a honrar y
reconocer a Dios. Si Dios no es reconocido, su Palabra es ignorada, lo cual
hace que la naturaleza carnal se desvíe del diseño natural heterosexual que Él
propuso para el hombre y la mujer. Debido a esto, la persona con tendencias
homosexuales desarrollará un corazón sombrío y una mente fútil o necia. Cambia
la gloria del Dios inmortal por la adoración de ídolos inanimados y humanos.
Como resultado, Dios lo entrega a los deseos pecaminosos de su corazón,
condición en medio de la cual, justificará el abandono de las relaciones
naturales con el sexo opuesto, y se inflamará con lujuria frente al mismo sexo.
Si por el contrario, la persona que ha desarrollado la
desorientación emocional y psicológica hacia la homosexualidad, honra y
reconoce el juicio de Dios con respecto a la homosexualidad, recibirá la
fortaleza y el poder para vencerla mediante la obra sanadora del Espíritu Santo
dentro de él.
El creyente vencedor, como persona que quiere ser salva,
sabe, por esta razón, que debe cambiar y que puede ser también un triunfador. El entiende que Dios desea su
transformación porque confía en la amorosa sabiduría y Poder de Él para
sanarlo; y porque le honra en Su Poder para librarlo y sanarlo de la
desorentación homosexual, puede estar seguro de que ello se realizará con éxito
y que él, puesto en Sus Manos, será un triunfador.
Este Ministerio de Arcoíris es totalmente confidencial, no se dan a conocer los nombres de quienes reciben nuestra asistencia. Los nombres que aparecen en los testimonios no incluyen apellidos, aun cuando las personas desean que sus testimonios se publiquen y difundan para más personas se animen y reciban los grandes beneficios que Arocíris les permite alcanzar.
Este Ministerio de Arcoíris es totalmente confidencial, no se dan a conocer los nombres de quienes reciben nuestra asistencia. Los nombres que aparecen en los testimonios no incluyen apellidos, aun cuando las personas desean que sus testimonios se publiquen y difundan para más personas se animen y reciban los grandes beneficios que Arocíris les permite alcanzar.
(Continuará en: Pregunta Dos: ¿Quieres cambiar?