sábado, 27 de octubre de 2012

LA HOMOSEXUALIDAD DEBE SER ATENDIDA EN SU ASPECTO EMOCIONAL, PSICOLÓGICO Y ESPIRITUAL PARA QUE SEA PERMANENTE SU SANACIÓN Y LIBERACIÓN


Cap. 2 Diez realidades acerca de la Homosexualidad
(Continuación)


Pregunta Dos.- ¿Quieres cambiar?

Realidad número 5: La homosexualidad es aprendida.   

Dios no hizo a nadie homosexual; tampoco los genes, las hormonas o la biología. Dios hace a todo ser humano heterosexual. Se sabe que hay algunos factores que pueden predisponer a alguien a desórdenes emocionales tales como defectos de nacimiento y sensibilidades prenatales, aunque ninguno de estos causa la homosexualidad. Hay también otros factores de índole espiritual como ciertos maleficios de los que se valen los demonios o entes del mal para estar acosando, por decirlo de esta manera, a algunos niños y adolescentes, para provocar ciertas circunstancias que los conduzcan a la conducta homosexual, de este punto hablaremos más tarde.  

Para muchos estudiosos del tema de la sexualidad y de las causas de su desviación, hay una gran coincidencia de opiniones de que la homosexualidad no es hereditaria ni el resultado de algún tipo de desequilibrio glandular, o de una codificación de genes o cromosomas. Lo que les ha permitido concluir que los homosexuales se hacen, no nacen. La homosexualidad es aprendida como una reacción frente a las experiencias dolorosas de la infancia, razón por la cual puede ser desaprendida.  

Es decir, que la homosexualidad es una desorientación que ha sido aprendida psicológica y emocionalmente.  

Hemos visto cómo muchas personas, miles, han podido cambiar esa desviación de las corrientes de agua de su sexualidad, que se habían desviado por el cause de la homosexualidad en la medida que comienzan a reaprender y experimentar su yo emocional en forma más positiva, con la ayuda de nuestra consejería de “Arcoíris”; y fundamentalmente con y por la acción vivificante, liberadora, sanadora y restauradora del Espíritu Santo y de su Divina Esposa la Siempre Virgen María.

El fracaso de muchos tratamientos psicológicos y psiquiátricos se debe a que se ha dejado de considerar la dolorosa realidad del influjo de determinado tipo de entes malignos o demonios que inclinan a los seres humanos a permanecer cayendo en este tipo de conductas homosexuales, que los degradan y los llevan por un camino de desesperación, desesperanza, soledad, señalamiento, adicciones a alcohol y drogas y hasta el suicidio al que nunca hay que recurrir. Para eso está “Arcoíris”, para que tengas una “sanación integral” de la triple dimensión de tu ser como hijo de Dios que es el Creador de todo ser humano.

Recuerda que el ser humano tiene una triple dimensión con que Dios nos crea a todos, con espíritu, alma o mente y cuerpo, y que esta triple dimensión es afectada en diversos sentidos por el medio ambiente en que nacemos y nos desenvolvemos. Y en este contexto acontecen muchísimas cosas del mundo de lo sobrenatural, tanto de los ámbitos de lo Divino como de lo maligno. Este es un campo tan basto y especial, perteneciente a la Ciencia Divina, de lo sobrenatural, repetimos, del que no tienen ningún conocimiento ni psicólogos ni psiquiatras, salvo muy, pero muy contadas excepciones. Para nuestra fortuna Arcoíris dispone de expertos en estos campos de conocimiento y de experiencia espiritual, por lo que puedes tener mayor confianza en tu total recuperación de la salud integral que tu persona, tan amada por Dios, quiere.

Realidad número seis: Nadie escoge sentirse homosexual inicialmente.

Nadie hace una elección en su infancia por la que comenzó con la desorientación emocional. En una gran cantidad de casos sucedió en una muy temprana etapa de la vida, y a causa de las primeras experiencias del medio ambiente en que vivían con sus padres, hermanos, familiares, compañeros, maestros, y de otras personas significativas, de cuyas circunstancias se valieron también los demonios, para actuar en esta inclinación y llevar a los hijos de Dios a un mundo cruel y lleno de muy diversos sufrimientos, del etiquetamiento de la sociedad, del sufrimiento psicológico interno, del rechazo de la familia y de la sociedad, pero hasta de los demás compañeros que padecen de homosexualidad que recrudecen este mundo con los peligros de las enfermedades, de los robos, de la explotación y el chantaje, de la ridiculización de la corporeidad y de la personalidad, y de otras circunstancias tan llenas de artificialidad, banalidades y vacíos, además del peligro de la condenación eterna de su alma, si teniendo la opción de sanarse se prefiere la continuidad en el mundo del pecado grave de la sodomía y otros similares.

La incursión en el mundo de la homosexualidad en muchas ocasiones tuvo que ver especialmente con la insatisfacción en el vínculo de amor con su padre y madre, pero más frecuentemente con el padre de su mismo género.

A medida que la vida transcurrió, la homosexualidad se volvió una tentación, una atracción hacia el mismo sexo, y una tercera elección pecaminosa de comportamiento que se hizo cuando consintió sentimientos, pensamientos y atracciones homosexuales.  

Realidad número siete: La homosexualidad tiene muy poco que ver con el sexo.  

Está mucho más relacionada con una herida emocional y psicológica que deja a una persona necesitada, vacía, irrealizada e incompleta, en cuanto al vínculo que necesitaba experimentar con el padre de su mismo género. Más aún, se siente abrumado, perseguido y necesitado de mucha autoestima.

El aspecto sexual de la homosexualidad es un intento por suplir las necesidades de amor e intimidad que nunca fueron adecuadamente formadas entre el niño y el padre de su mismo sexo. Como tal, no es verdaderamente un problema sexual. Es sexual tan solo en la forma como se relaciona con las necesidades de la intimidad que la sexualidad simboliza. Es como el impulso compensatorio que está involucrado en el deseo homosexual. El impulso está motivado esencialmente por la necesidad de suplir deficiencias que se presentaron a temprana edad en la relación padre e hijo.

La necesidad persistente de amor del mismo sexo surge de la temprana necesidad insatisfecha de amor del padre del mismo sexo o, por el contrario, de la inhabilidad de recibir dicho amor, ya sea que haya sido ofrecido o no.  

Pregunta cuatro: ¿Sabes cómo cambiar?

Realidad número ocho: La homosexualidad es un problema emocional, psicológico y espiritual.  

No es tan solo emocional y psicológico, sino también es espiritual, esta es la contemplación completa e integral para lograr la sanación y la liberación de los entes del mal que inciden en la vida homosexual 

Aquellos que proponen remedios psicológicos exclusivamente están errados, y tiene la grave responsabilidad de conducir a sus pacientes al fracaso y la frustración por las recaídas que se observan cuando solo son atendidos psicológicamente. No solo ignoran la realidad de que el comportamiento homosexual está arraigado en nuestra naturaleza pecaminosa heredada por nuestros primeros padres Adán y Eva, sino de todo el ámbito de realidades en que participan los seres malignos espirituales, son entes de mal que se introducen en las personas, en otros casos las merodean y susurran ideas para la comisión del pecado y hasta el influjo directo en el pensamiento y en los genitales, recto, y otras partes del cuerpo. 

Y existe un más profundo y basto campo de sucesos y presencias espirituales de las que hay que tener un serio y formal conocimiento, además de otros aspectos que deben tenerse en cuenta, para dar apoyo y lograr la sanación y liberación de las personas que viven presas de la homosexualidad y de otras desviaciones que hemos aludido anteriormente.

Se ignora también el trabajo esencial del Espíritu Santo en la sanación de la homosexualidad y de los propósitos y caminos más amplios en los que Dios quiere y puede actuar para liberar y sanar a millones de seres humanos que hoy sufren como una pandemia de desviaciones y perversiones infernales en el Mundo, donde se hacen pactos intencionales y de manera consciente, y hasta con propósitos deliberados donde se incluyen políticos, artistas y hasta clérigos.  

Realidad número nueve: La recuperación es un proceso que toma tiempo y tiene sus razones de ser así.   

Algunos supuestos sanadores y muchos hermanos nuestros que quisieran su salud casi instantánea, a veces hacen oraciones como esta: “Señor, líbrame de toda homosexualidad en este mismo momento, instantánea y completamente”. ¿Y qué sucede entonces?, debido a que no reciben una sanación instantánea y completa se desmotivan, se enojan con Dios, le echan la culpa de su condición e incluso llegan a blasfemar Su Santo Nombre, y por sus razonamientos equivocados empiezan a desesperarse y su fe llega incluso a bambolearse y debilitarse.  

Entonces viene la pregunta: ¿Por qué Dios no sana instantánea y completamente la homosexualidad si es que se hace esta oración de manera sincera? En algunos casos en que hubo conversión de conductas hacia la observancia de los Diez Mandamientos, y de conversión en otros ámbitos de religiones, y que este propósito duró muchos meses e incluso años en que se sintieron libres de la homosexualidad, pero luego les vinieron en la mayoría de los casos un retorno a las atracciones, sentimientos y deseos homosexuales, o incluso que han caído (han tenido otra vez uno o varios encuentros sexuales), se debe a que han olvidado atender el ámbito espiritual al que hemos hecho referencia por su falta de conocimiento.  

Además, Dios en su amorosa sabiduría, hay varias razones por las cuales sana progresivamente de la homosexualidad a una persona, en la mayoría de los casos.  

Analizaremos a continuación estas razones.

(Continúa en las Razones por las cuales se sana progresivamente la homosexualidad por parte de Dios).